"En torno a las petroleras están las compañías de servicios especiales, en su mayoría, de origen internacional, que realizan los servicios de mayor complejidad. Luego, viene una franja de compañías medianas que apuntan a obra, como la instalación de superficies, transporte de cargas liquidas y catering, es decir, servicios complementarios. Pero que generan mayor mano de obra que las primeras. Finalmente, hay otras subcontratistas, como talleres, tornerías y empresas que rentan vehículos", explica el ecosistema petrolero Rodríguez Álvarez, que pertenece al segundo grupo con la empresa Rodial, de servicios petroleros especializada en las áreas de ingeniería, construcción de plantas "llave en mano" y montaje.
"Las pymes trabajan con contratos directamente en relación con las petroleras", asegura el empresario.
Rey de Midas
"A partir de la nacionalización de YPF, las empresas del mercado local se dieron cuenta de que la situación iba a cambiar, así que algunas salieron a buscar nuevos canales. Por otra parte, empresas fabricantes, como metalúrgicas, buscaron generar productos para acercarse al sector", asegura Brkusic. Según Rodríguez Álvarez, "YPF es el motor de la inversión en estos años" y, aunque no sabe precisar el porcentaje, es quien se ocupó de desarrollar a los proveedores. "Ofrece de capacitaciones, para incluir y educar en nuevos servicios a empresas nacionales, aportando, incluso, tecnología", agrega y continúa: "Este año, no representa una etapa de expansión, sino que buscamos sostener y eficientizar lo que se logró. Veníamos de muchos años de desinversión, así que muchas empresas tenían capital de trabajo reservado para volcar esa caja al crecimiento. A partir de 2013, también hubo un acompañamiento de los bancos privados y el Ministerio de Industria con subsidios en las tasas y, obviamente, la constante reinversión de utilidades".
En Marlew, un fabricante de conductores eléctricos que, con ingresos anuales superiores a los u$s 70 millones, dejó atrás el mote de pyme, Gerardo Condon, su gerente Comercial para Patagonia y Cuyo, se lamenta por la caída que sufrió el precio del barril de petróleo en los últimos meses.
"El impacto es importante en las empresas de servicios y nosotros participamos en todas", confiesa Condon. "A partir de 2012, se pegó un salto en las ventas de la compañía, que tiene una oficina comercial en Neuquén desde hace 10 años. El secreto está en la especialización en el sector petrolero y minero", agrega el ejecutivo de la empresa que creció un 25% en volumen el año pasado. "El cambio de los últimos años es visible en toda la provincia", define Condon (ver recuadro).
Un freno en el bombeo
"La situación financiera de algunas empresas que no supieron manejar las expectativas ante la baja del precio del crudo las puso en un cuello de botella", señala el presidente de Capespe, Rodríguez Álvarez. "Aquellas que están abocadas a la producción están un poco más blindadas, pero lo que tiene que ver con perforaciones va más de la mano con las posibilidades de inversión y eso ya se desaceleró", agrega el ejecutivo.
"Cuando la industria petrolera va al alza necesita un input inmediato para acompañar ese crecimiento. Ahora bien, cuando el precio baja y la demanda laboral no es tan alta, se hace una revaluación de todo, desde el personal hasta los equipamientos", sugiere el director Ejecutivo del GAPP, grupo que surgió con cinco empresas para fomentar las exportaciones en 2002. Hoy, el grupo liderado por Brkusic se reorientó a atender el desarrollo local de pequeñas y medianas empresas a la espera que la vaca despierte.
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